Hay mucha gente que juzga como es el aspecto por fuera, es decir que uno puede pasar por un restaurante "de lujo" y ver que está lleno y capaz uno va a una cantina de barrio donde no hay personas en traje o decoraciones extravagantes, pero la comida es suprema y exquisita. Yo me di cuenta que hay un montón de lugares así de barrio que tienen una apariencia no muy "aceptable" pero una vez que uno se arriesga y entra, te adentras en otro mundo completamente distinto.
Esto me pasó con una cantina que hay por Palermo, que debe tener máximo 6 mesas, donde te atiende una pareja que te hace sentir que son tus abuelos los que te están cocinando -a veces uno va a comer afuera y aún asi puede sentirse"como en casa" y disfrutar una rica comida "casera"-. No hay nada mejor que ir a un lugar y saber que lo que te están sirviendo no solo tomó tiempo y esfuerzo sino que también se puso historia en la comida. Supongo que es por eso que cuando uno va a este tipo de restaurantes, sale satisfecho por haber comido y se siente realmente lleno, no de panza sino de espíritu. Lo cierto es que estas experiencias hacen sentir que uno esta completo.
Yo creo que no todo tiene que ver con las apariencias, ya que según el refrán no hay que juzgar al libro por su portada. Tal como esta cantina, hay varios lugares que habría que arriesgarse e ir a probarlos, para así poder darse una "chance" de conocer algo distinto. No quería dejar pasar esta oportunidad y comentarlo, ya que en Quierounbar tenemos un espacio, no sólo para recomendar lugares, sino también para explicar un poco el porque de esta pasión que todas compartimos. Más adelante voy a postear la dirección de la cantina y de otros lugares para que aquellos aventureros que quieran dejarse llevar, vayan con la expectativa de disfrutar de algo nuevo, pero con historia.
Escribió: Nicole B.
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